domingo, 22 de abril de 2012

Salió cara pero barata.

Escrito el 17/3, hacía tres horas que me había pasado, de los nervios escribí esto, desdramatizándolo claro está. Pero pasé los nervios más grandes de mi vida. Ahí les va:




Estuve todo el día haciendo varias cosas, ordenando, estudiando... Todo porque mañana me voy, todo el finde, en una excursión a Portugal. De repente se me vino la idea de ir a una feria que hay a 20km de aquí como de rebajas a saciar mi depresión habitual, de esas que algunas mujeres sacian con chocolate, otras con compras, y otras como yo, con las dos cosas. 

Y me mandé, solainas, para ahí. Compré, 4 prendas de ropa y dos libros por 30 euros, gangas, como me caracterizan... El tema fue que a la vuelta, ya siendo las 21hs, volviendo tranquila, a 60km/h en una curva jodida como ella sola, perdí el control, no sé ni como y de repente me empecé a ir pa la cuneta, atiné a frenar deseperadamente y el coche dió una vuelta sobre si mismo y quedó del otro lado de la carretera, al derecho, mitad en la cuneta, mitad arriba... 

Gracias a algún tipo de fuerza superior y a las 9 vidas que tenemos algunos gatos, estoy sana y salva, con un dolor en la espalda, normal por el tirón y un precioso cuello ortopédico.

Lo negativo: que mi coche no tenía seguro a todo riesgo, porque a los autos viejos no se lo hacen y probablemente me salga más barato comprar otro que arreglarlo. 

La moraleja: Que si te vas de tu casa, así como para otro continente, tengas cuidado que igual en 7 meses, entre esguince, apendicitis y accidente de auto, te pueden pasar más cosas que en 20 años de vida. Si lo hacen, vayan a cargar su límite de vidas, gatos!

Vale la pena que aclare, que llevaba el cinturón puesto y no tuve ningún golpe. Si, leyeron bien, el auto dio la vuelta, osea estuvo de cabeza abajo algunos segundos, y no llevé ningún golpe. Así que es bueno poner la moraleja dos: nunca desconfíes de los autos más viejos que vos, pueden ser más fieles que los cachorros...



PD: Si leyeron la entrada anterior, ya tengo un coche nuevo, diez veces mejor y el doble más caro que el otro (1000 euracos, es plata pero al lado de los precios de Uruguay, no es nada para un auto)

4 meses y 5 días

Hace 4 meses y 5 días que no escribo nada... Puff. Qué le puede pasar a una persona en 4 meses y 5 días que no le haya pasado ya en 20 años de su vida? La respuesta es DE TODO. 

Pasé unas fiestas muy dolorosas. Esas fechas que naturalmente pasas con tu familia, pero es que ni siquiera lo tenes que programar, uno piensa en Navidad y Fin de año y se imagina con sus padres y hermanos, es que pareciera que no hubiera otra forma. Pero la hay, y no la recomiendo. 

Todo lo mal que pasé las "navidades" lo pasé bien la semana siguiente, como para empezar el año con todas las ganas, vino un Beethoven, vino una orquesta jóven, vinieron personas hermosas y mejores músicos para levantar los ánimos. Y dos grandes conciertos en Coruña y en Santiago con una 2da. sinfonía exquisita. 

En el medio no sé que pasó, no lo recuerdo exactamente. Pero sé que tuve una audición en el Conservatorio y un exámen bastante "olvidables", pero por suerte mi profesor ya no le echó la culpa a cosas técnicas, ya me conoce, y la tiene clara: son mis putos nervios. Aunque yo ya lo tenía bastante claro, lo de los nervios, esto me hizo darme cuenta que todo lo malo que tiene estar lejos de tu familia y amigos lo tiene de bueno tener a Roberto de profesor. Es genial. 

Luego, el fin de semana que me iba a ir a París (por suerte lo terminé cancelando antes de tiempo) me lo pasé en un hospital por Apendicitis. Si, parece joda, pero ya no tengo apéndice. Y gracias a esto tuve que abandonar mi sueño de ser modelo, por la cicatriz claro. ;) 

Cuando ya parecía que nada más podía pasar, algo pasó, la vida me pasó por un segundo pero prefirió quedarse conmigo. Y se lo agradezco. Volqué con el coche y di un par de vueltas campana por la carretera. El coche ya no existe y ya tengo otro porque me hace falta para ir a clases pero lo tuve que comprar con el dinero que iba a ir a Uruguay. Gracias cinturón de seguridad. (En una próxima entrada amplío) 

Qué más? Que de a poco me estoy sintiendo cada vez mejor respecto a mi música, a como toco, cosa que creo no me pasó casi nunca. Me gustaba tocar el violín pero no estaba contenta con como yo lo tocaba, pero ahora si, de a poco, pero si, y eso me da mucha más seguridad. Es muy lindo lo que me está pasando.  

Algo alucinante, que tampoco me había pasado antes, o si, en Panamá también, fue que en semana santa tuvimos otro encuentro con la orquesta jóven y tocamos los Pinos de Roma de Resphigui y me pasó de estar tocando el último movimiento que es súper enérgico, de hecho los primeros violines tocamos una página entera casi de trinos (notas rápidas rápidas) y todas muuuuy agudas, allá arriba donde perdió el poncho el diablo y donde termina el diapasón y cuando el director cortó la nota final me quedé súper extasiada, como si hubiera salido de una montaña rusa hacia segundos, ni en los ensayos me había pasado, y me pasó solo en el concierto de Santiago, el último. De hecho terminó y mi compañera adorada de atril me miró inmediatamente y nos preguntamos al mismo tiempo si nos había pasado lo mismo a las dos, fue alucinante. Según ella estaba como si recién hubiera metido dos polvos seguidos. Necesito traducir? jeje 

Bueno, me olvidaba que al llegar acá empecé 4to año del grado profesional de música, son seis en total y mi profe me ofreció para hacer una ampliación y en lugar de hacer 5to el curso siguiente voy a hacer 6to y así ya empezar a preparar una buena prueba para algún conservatorio superior, quiero de los buenos, es mi meta. Pero bueno, ahora estoy cursando 4to y 5to, estoy medio agobiada de tanta historia de la música y análisis pero me encanta. ;) 

Vieron que uno en 4 meses y 5 días puede perder un auto y un órgano y así y todo empezar a acercarse al camino de la felicidad? Quién lo hubiera dicho? 



PD: Hoy estoy inspirada y voy a subir algo más, así que espero que alguien esté tan inspirado como yo para leer. ;)

domingo, 18 de diciembre de 2011

¿Dónde quedé?

Estoy acá, pero no.
Mi cuerpo es el mismo.
Me visto distinto, quizás mejor.
No sonrío igual, quizás debería decir: no sonrío.
No soy la cariñosa de antes, incluso, me amoldé y ya ni doy besos.
No digo malas palabras.
No digo ni las palabras que repetía a cada instante.
No le escribo a casi nadie.
No hablo con mis amigas, ni casi con mi padre.
Paso de todo, nada me importa...
No sé quien está acá adentro, pero esa no soy yo.
¿Dónde quedé?

Quizás en el avión, o en el aeropuerto; tal vez ni siquiera salí de casa y estoy durmiendo con mi perra, o en mi rincón de la casa, ese de siempre... O me quedé en el Parque, o en la esquina que nos encontrabamos con mi Eli para ir a ver nuestra murga. Puede que esté en el prado bailando alguna chacarera con mis colegas bailarines o tomando una cerveza en el Ponte con mis brujas. O esperando para dar algún concierto con mis amigos músicos o mirando una peli con Nico y Franco o en el regazo de mamá o en el abrazo de papá...

No sé en dónde quedé, pero si sé en dónde me encuentro a veces, solo por momentos... Es ahí justo en el cuadrado imaginario que hay entre mi pecho, mi brazo derecho, mi arco y mi violín...

domingo, 11 de diciembre de 2011

Ganas de decir.

Hace como cinco minutos que no paro de llorar. Y en realidad no es por nada malo en particular. Osea, tuve un fin de semana bueno, fui al cine con mi prima ayer, hoy fui a la feria y a la tarde salí a dar una vuelta con mi primo Cris. Además de en el medio pasarme el día estudiando historia de la música.

Pero entre todo eso, vengo toda la semana pensando y pensando. Pensando en cosas que tengo ganas de decir y no las digo porque no puedo, por la distancia, por el orgullo.

Ayer me costó dormir, porque me pasé pensando en él. Pensé en decirle que me perdone por no hablarla, por ser tan basura cuando me pidió que vuelva a estar con él. Agradecerle haberme dejado amarlo como a ninguno y que me haya amado como nadie. Quizás los momentos hermosos que vivimos si los junto no duran ni un día o dos o una semana, ya que los malos eran la mayor parte, por las circunstancias. Pero esos instantes nadie nunca los pudo igualar y por eso siento amarlo aún hoy. No se lo digo, porque no se lo merece.

Quisera pedirle un perdón inmenso a David, porque lo busqué yo, lo enamoré, o eso me dijo el, y así como lo logré me desenganché yo y desaparecí. No se lo merecía. Pero quizás menos se merecía seguir con alguien que no lo correspondiera. Y no se lo dije porque de repente, no hablamos más.

Me muero de ganas de decirle a Sam, que por siempre va a ser mi mejor amiga de toda la vida, porque "me vió nacer" aunque no fuera tan consiente, por la infancia tan hermosa que vivimos, por seguirnos queriendo en las ausencias pasadas y en las presentes. Gracias por el amor a pesar de todo amiga. Pero no se lo digo por tonta.

Tengo la necesidad de decirle a Eli que la amo con locura, que es la amiga más hermosa del mundo, que no hace una vida que nos conocemos, pero que estos 4 o 5 años me los hizo tan pero tan hermosos, que seguro nadie los va a igualar. Son tantos momentos juntas, es mi cómplice, mi compañera, mi todo, hasta en la distancia. Decirle que el día que me dijo que quería separar las moñolas (nuestro pequeño "negocio" gracias al que pasamos unas tremendas vacaciones) lloré durante por lo menos tres horas sin consuelo alguno. No fue el hecho en particular, fue pensar que nos estabamos separando de alguna manera, pero sentimentalmente. Ni supo nunca del llanto, ni pasó la separación nuestra. Por suerte. También quiero que sepa cuanto la necesito, sus abrazos, sus palabras, sus consejos, demasiado, y un demasiado indescriptible. No se lo digo por no parecer cursi.

Me encantaría decirle a mi mamá que es la mejor del mundo, realmente, no como un Cliché. Que la amo con alma y cuerpo y le agradezco hasta el aire que respiro. Sobre todo decirle que odio hacerla pasar mal por estar lejos y que de lo único que me arrepiento en la vida es de no poder estar durante este tiempo con ella, disfrutándola. La necesito tanto... Hasta sus rezongos necesito. Pero no se lo digo porque no la quiero emocionar.

Ya hace media hora que lloro. Y siento que por un buen rato no voy a parar. Necesito un abrazo enorme, o chiquito por lo menos, pero no lo hay, en ningún tamaño ni tipo ni color ni nada. Y aunque me es muy difícil, tengo que acostumbrarme a no necesitarlos mas, a prescindir de ellos. No creo que pueda.






P.D.: Perdón Marce, si llegás a leer esto, ya que sos, creo mi única lectora, o casi. Perdón por lo lo poco entretenido o triste que pueda sonar. Te mando un beso gigante como de acá a la luna.

domingo, 27 de noviembre de 2011

La senda es la correcta y la meta está más cerca.

"Si en este escenario de locos
que es el mundo,
una nota, una canción,
nos puede emocionar
hasta las lágrimas:
la senda es la correcta
y la meta está más cerca."




Estoy segura que me equivoqué en alguna palabra, es que no lo recuerdo literal, pero seguramente apenas distinto a esto fue lo que escribió mi papá hace como nueve años cuando nosotros tocábamos nuestro concierto cincuenta.

Y en realidad no lo cito por esa anécdota, muy hermosa y emotiva, por cierto, lo cito por lo que dice. Ya que habla de como algunas cosas, pequeñas quizás, logran emocionarnos, cambiar nuestro humor, para bien en estos casos, y eso nos lleva más adelante, más cerca de la meta.

Hoy, me acordé de esto por unas palabras que me dijo "Mon ami" ayer que lograron que mi pésimo humor, mi tristeza, bronca y enojo dieran un giro rotundo y florecieran en una gran alegría. Y eso es maravilloso. Me dijo que me quería ver, venirme a visitar y hacer el Camino de Santiago conmigo, y aunque puede que no se cumpla, yo ya soy feliz. Además, a los minutos de que me lo diga, me escribió para contarme que había visto unos precios de pasajes de avión y de tren, y eso fue aún mejor ya que me confirmó que no lo dijo para dejarme contenta, sino que quiere realmente hacerlo.

Ahora, ¿Quién me explica cómo, solo con algunas palabras se puede cambiar el humor de alguien de forma tan radical? ¿Cuál es el secreto del poder de las palabras? ¿Son las palabras por si mismas o tiene que ver quién las pronuncia también? ¿Cómo me puedo emocionar tanto con un simple "te quiero ver"? Y si pasa que gestos tan irrelevantes para algunos, te emocionen "hasta las lágrimas", ¿hace que la meta esté más cerca?

Yo creo que hay una magia que se crea al dar algo, palabras, miradas, caricias, gestos cualesquiera; y que esa magia, se da de forma distinta dependiendo de las personas que dan y que reciben, del momento en que suceden, del entorno, del lugar... Y que pueden, según esos factores, lograr emociones más o menos buenas y si esa magia nos llega, la percibimos positivamente y nos ayuda a estar alegres un rato, colabora para acercarnos más a la felicidad.



viernes, 18 de noviembre de 2011

¡Qué morro tienes!


- romi como te va­ ­
- como te esta yendo?­ ­


Ahora te importa cómo estoy y cómo me está yendo? (Y todavía con faltas ortográficas!)

Cuando me tratabas como un trapito, me hacías esperarte y a la vez me enamorabas no te importó lastimarme.

Así que ahora: ¡Andá a cagar imbécil!

lunes, 14 de noviembre de 2011

Mon ami.

Fue lindo hoy. La vez anterior (leí por ahí que no es bueno decir "la última vez" ya que puede que se transforme en realmente la última porque nuestras palabras, de una forma u otra, hacen a nuestro destino), fue en Montevideo, en el bar de 18 y Convención. Pedimos una merienda continental, esa que trae de todo, que siempre quisiste pedir segura de comértela hasta terminar pero de la que no hay vez que no dejes algo. Fue hace más de un año ya, y en realidad no es que hayamos perdido el contacto, es que no habíamos hablado, propiamente dicho, desde esa vez. Sólo nos habíamos leído.

Fue tan lindo hoy. Porque aquella vez estábamos distantes ya que siempre fuimos muy "amigos", nos veíamos todos los días o día por medio. A veces a doble horario. Pero ahora, no nos veíamos hacía un año por lo menos, y muy poco nos habíamos leído, no más de un ¿cómo estás? o un ¿cómo va todo?. Y por ello, eramos un poco desconocidos porque aunque siempre nos quisimos mucho en este tiempo estuvimos muy alejados y no solo físicamente.

Fue re lindo hoy. Sé que aquella vez hablamos como dos o tres horas, pero solo me acuerdo que por primera vez me hablo de ella. Ya como una ex más de su lista, pero contándome la historia casi completa, obviando, claramente, la parte en que me incluía. Me gusto mucho oírlo, porque se abrió como nunca, quizás porque ya tenía el tema superado o, claro, nuestro distante trato de ese día nunca iba a permitir que hablemos de nosotros y por eso también probablemente aprovechó.

Fue muy lindo hoy. Porque por más de que solo hablamos por teléfono estuvimos cerca de una hora y media y ni siquiera nos veíamos las caras. Me hacía falta hablar con un amigo, y más con el, que siempre fue mi cable a tierra y que además vive la misma situación que yo pero hoy con más experiencia como para aconsejarme. Y así lo hizo. Me pidió que no me apure, que esto recién empieza, que lo bueno siempre se hace esperar, y que si lo que siempre esperé que pasase no sucede, que no me preocupe que nunca se pierde el tiempo. Quizás, son palabras que ya escuché, que me las han dicho otros cientos de veces en estos tres meses, pero salían de él y seguramente recién ahora les doy el valor que merecen y las comprendo de verdad.

Fue hermoso hoy, si, y espero que se repita. Mas que extrañarlo, lo necesitaba. Y realmente creo que el echo de que estemos actualmente más cerca, frontera de por medio, nos acerca de otra manera y me da la mayor alegría, que es volver a sentirlo, así sea solo por teléfono, al de antes, a mi gran amigo.