Estoy acá, pero no.
Mi cuerpo es el mismo.
Me visto distinto, quizás mejor.
No sonrío igual, quizás debería decir: no sonrío.
No soy la cariñosa de antes, incluso, me amoldé y ya ni doy besos.
No digo malas palabras.
No digo ni las palabras que repetía a cada instante.
No le escribo a casi nadie.
No hablo con mis amigas, ni casi con mi padre.
Paso de todo, nada me importa...
No sé quien está acá adentro, pero esa no soy yo.
¿Dónde quedé?
Quizás en el avión, o en el aeropuerto; tal vez ni siquiera salí de casa y estoy durmiendo con mi perra, o en mi rincón de la casa, ese de siempre... O me quedé en el Parque, o en la esquina que nos encontrabamos con mi Eli para ir a ver nuestra murga. Puede que esté en el prado bailando alguna chacarera con mis colegas bailarines o tomando una cerveza en el Ponte con mis brujas. O esperando para dar algún concierto con mis amigos músicos o mirando una peli con Nico y Franco o en el regazo de mamá o en el abrazo de papá...
No sé en dónde quedé, pero si sé en dónde me encuentro a veces, solo por momentos... Es ahí justo en el cuadrado imaginario que hay entre mi pecho, mi brazo derecho, mi arco y mi violín...
domingo, 18 de diciembre de 2011
domingo, 11 de diciembre de 2011
Ganas de decir.
Hace como cinco minutos que no paro de llorar. Y en realidad no es por nada malo en particular. Osea, tuve un fin de semana bueno, fui al cine con mi prima ayer, hoy fui a la feria y a la tarde salí a dar una vuelta con mi primo Cris. Además de en el medio pasarme el día estudiando historia de la música.
Pero entre todo eso, vengo toda la semana pensando y pensando. Pensando en cosas que tengo ganas de decir y no las digo porque no puedo, por la distancia, por el orgullo.
Ayer me costó dormir, porque me pasé pensando en él. Pensé en decirle que me perdone por no hablarla, por ser tan basura cuando me pidió que vuelva a estar con él. Agradecerle haberme dejado amarlo como a ninguno y que me haya amado como nadie. Quizás los momentos hermosos que vivimos si los junto no duran ni un día o dos o una semana, ya que los malos eran la mayor parte, por las circunstancias. Pero esos instantes nadie nunca los pudo igualar y por eso siento amarlo aún hoy. No se lo digo, porque no se lo merece.
Quisera pedirle un perdón inmenso a David, porque lo busqué yo, lo enamoré, o eso me dijo el, y así como lo logré me desenganché yo y desaparecí. No se lo merecía. Pero quizás menos se merecía seguir con alguien que no lo correspondiera. Y no se lo dije porque de repente, no hablamos más.
Me muero de ganas de decirle a Sam, que por siempre va a ser mi mejor amiga de toda la vida, porque "me vió nacer" aunque no fuera tan consiente, por la infancia tan hermosa que vivimos, por seguirnos queriendo en las ausencias pasadas y en las presentes. Gracias por el amor a pesar de todo amiga. Pero no se lo digo por tonta.
Tengo la necesidad de decirle a Eli que la amo con locura, que es la amiga más hermosa del mundo, que no hace una vida que nos conocemos, pero que estos 4 o 5 años me los hizo tan pero tan hermosos, que seguro nadie los va a igualar. Son tantos momentos juntas, es mi cómplice, mi compañera, mi todo, hasta en la distancia. Decirle que el día que me dijo que quería separar las moñolas (nuestro pequeño "negocio" gracias al que pasamos unas tremendas vacaciones) lloré durante por lo menos tres horas sin consuelo alguno. No fue el hecho en particular, fue pensar que nos estabamos separando de alguna manera, pero sentimentalmente. Ni supo nunca del llanto, ni pasó la separación nuestra. Por suerte. También quiero que sepa cuanto la necesito, sus abrazos, sus palabras, sus consejos, demasiado, y un demasiado indescriptible. No se lo digo por no parecer cursi.
Me encantaría decirle a mi mamá que es la mejor del mundo, realmente, no como un Cliché. Que la amo con alma y cuerpo y le agradezco hasta el aire que respiro. Sobre todo decirle que odio hacerla pasar mal por estar lejos y que de lo único que me arrepiento en la vida es de no poder estar durante este tiempo con ella, disfrutándola. La necesito tanto... Hasta sus rezongos necesito. Pero no se lo digo porque no la quiero emocionar.
Ya hace media hora que lloro. Y siento que por un buen rato no voy a parar. Necesito un abrazo enorme, o chiquito por lo menos, pero no lo hay, en ningún tamaño ni tipo ni color ni nada. Y aunque me es muy difícil, tengo que acostumbrarme a no necesitarlos mas, a prescindir de ellos. No creo que pueda.
P.D.: Perdón Marce, si llegás a leer esto, ya que sos, creo mi única lectora, o casi. Perdón por lo lo poco entretenido o triste que pueda sonar. Te mando un beso gigante como de acá a la luna.
domingo, 27 de noviembre de 2011
La senda es la correcta y la meta está más cerca.
"Si en este escenario de locos
que es el mundo,
una nota, una canción,
nos puede emocionar
hasta las lágrimas:
la senda es la correcta
y la meta está más cerca."
Estoy segura que me equivoqué en alguna palabra, es que no lo recuerdo literal, pero seguramente apenas distinto a esto fue lo que escribió mi papá hace como nueve años cuando nosotros tocábamos nuestro concierto cincuenta.
Y en realidad no lo cito por esa anécdota, muy hermosa y emotiva, por cierto, lo cito por lo que dice. Ya que habla de como algunas cosas, pequeñas quizás, logran emocionarnos, cambiar nuestro humor, para bien en estos casos, y eso nos lleva más adelante, más cerca de la meta.
Hoy, me acordé de esto por unas palabras que me dijo "Mon ami" ayer que lograron que mi pésimo humor, mi tristeza, bronca y enojo dieran un giro rotundo y florecieran en una gran alegría. Y eso es maravilloso. Me dijo que me quería ver, venirme a visitar y hacer el Camino de Santiago conmigo, y aunque puede que no se cumpla, yo ya soy feliz. Además, a los minutos de que me lo diga, me escribió para contarme que había visto unos precios de pasajes de avión y de tren, y eso fue aún mejor ya que me confirmó que no lo dijo para dejarme contenta, sino que quiere realmente hacerlo.
Ahora, ¿Quién me explica cómo, solo con algunas palabras se puede cambiar el humor de alguien de forma tan radical? ¿Cuál es el secreto del poder de las palabras? ¿Son las palabras por si mismas o tiene que ver quién las pronuncia también? ¿Cómo me puedo emocionar tanto con un simple "te quiero ver"? Y si pasa que gestos tan irrelevantes para algunos, te emocionen "hasta las lágrimas", ¿hace que la meta esté más cerca?
Yo creo que hay una magia que se crea al dar algo, palabras, miradas, caricias, gestos cualesquiera; y que esa magia, se da de forma distinta dependiendo de las personas que dan y que reciben, del momento en que suceden, del entorno, del lugar... Y que pueden, según esos factores, lograr emociones más o menos buenas y si esa magia nos llega, la percibimos positivamente y nos ayuda a estar alegres un rato, colabora para acercarnos más a la felicidad.
viernes, 18 de noviembre de 2011
¡Qué morro tienes!
- romi como te va
- como te esta yendo?
Ahora te importa cómo estoy y cómo me está yendo? (Y todavía con faltas ortográficas!)
Cuando me tratabas como un trapito, me hacías esperarte y a la vez me enamorabas no te importó lastimarme.
Así que ahora: ¡Andá a cagar imbécil!
lunes, 14 de noviembre de 2011
Mon ami.
Fue lindo hoy. La vez anterior (leí por ahí que no es bueno decir "la última vez" ya que puede que se transforme en realmente la última porque nuestras palabras, de una forma u otra, hacen a nuestro destino), fue en Montevideo, en el bar de 18 y Convención. Pedimos una merienda continental, esa que trae de todo, que siempre quisiste pedir segura de comértela hasta terminar pero de la que no hay vez que no dejes algo. Fue hace más de un año ya, y en realidad no es que hayamos perdido el contacto, es que no habíamos hablado, propiamente dicho, desde esa vez. Sólo nos habíamos leído.
Fue tan lindo hoy. Porque aquella vez estábamos distantes ya que siempre fuimos muy "amigos", nos veíamos todos los días o día por medio. A veces a doble horario. Pero ahora, no nos veíamos hacía un año por lo menos, y muy poco nos habíamos leído, no más de un ¿cómo estás? o un ¿cómo va todo?. Y por ello, eramos un poco desconocidos porque aunque siempre nos quisimos mucho en este tiempo estuvimos muy alejados y no solo físicamente.
Fue re lindo hoy. Sé que aquella vez hablamos como dos o tres horas, pero solo me acuerdo que por primera vez me hablo de ella. Ya como una ex más de su lista, pero contándome la historia casi completa, obviando, claramente, la parte en que me incluía. Me gusto mucho oírlo, porque se abrió como nunca, quizás porque ya tenía el tema superado o, claro, nuestro distante trato de ese día nunca iba a permitir que hablemos de nosotros y por eso también probablemente aprovechó.
Fue muy lindo hoy. Porque por más de que solo hablamos por teléfono estuvimos cerca de una hora y media y ni siquiera nos veíamos las caras. Me hacía falta hablar con un amigo, y más con el, que siempre fue mi cable a tierra y que además vive la misma situación que yo pero hoy con más experiencia como para aconsejarme. Y así lo hizo. Me pidió que no me apure, que esto recién empieza, que lo bueno siempre se hace esperar, y que si lo que siempre esperé que pasase no sucede, que no me preocupe que nunca se pierde el tiempo. Quizás, son palabras que ya escuché, que me las han dicho otros cientos de veces en estos tres meses, pero salían de él y seguramente recién ahora les doy el valor que merecen y las comprendo de verdad.
Fue hermoso hoy, si, y espero que se repita. Mas que extrañarlo, lo necesitaba. Y realmente creo que el echo de que estemos actualmente más cerca, frontera de por medio, nos acerca de otra manera y me da la mayor alegría, que es volver a sentirlo, así sea solo por teléfono, al de antes, a mi gran amigo.
domingo, 13 de noviembre de 2011
Gefülehn.

Sentimientos o sensaciones. Aunque no son lo mismo, me sirve la traducción ambigua, porque quería escribir un "algo" con el título "Sensaciones" pero ese "algo", iba a tratar en realidad, sobre algunos sentimientos o pensamientos sobre mi día. Así que ya sumamos tres nombres hasta ahora para el "algo", tres que también pueden ser cuatro. Cuatro ya, en algunos pocos minutos esto ya tiene cuatro nombres: Sensaciones, sentimientos, pensamientos, algo. Cuatro que se pueden duplicar si además agregamos sus traducciones al alemán, traducciones que prefiero no escribir gracias a mi desconfianza hacia el "Traductor de Google", viejo y querido... Pero poco confiable. Si no me equivoco, las cuatro palabras son iguales en gallego; pensamientos sería "Pensamentos", lo cual cambia poco, pero me gusta, porque le saca el final que en castellano sería "mientos" y claro está, que aunque sea indirectamente implica mentiras, que prefiero no incluír, por lo menos por hoy. Así que mejor que sea "Pensamentos" y solo invoque su final a unas pastillas muy ricas, que extraño.
Quería contar sobre esos sentimientos/sensaciones/pensamentos que tuve hoy. Varios y variados, que no es lo mismo. Siento que estoy madurando, o que me estoy apurando. Pensé mucho en "alguien prohibído" pero no le doy trascendencia porque es una de las pocas personas con las que hablo, así que debe ser esa la razón por la que pienso en él. (¡Qué fea es la expresión "alguien prohibído"! ¡Wacala!).
También pensé en cosas más triviales. Como por ejemplo, en cómo bajar mi consumo de celular. Ya que superó mis expectativas este mes, demasiado. También busqué formas de verme más linda delante del espejo, me di cuenta lo poco que me quiero (lo cual no es nada trivial), y me di cuenta que estoy por transformar en NECESIDAD el bajar de peso. ¡Ufa!
Ahora si, lo preocupante es que pensé en hijos. ¡Carallo! Si, te juro que dice hijos.
Me acordé de que hace ya como un año y pico fui a la ginecóloga y luego de unas placas me dijo que por ahora estaba todo bien, pero que el día que quisiera tener hijos, la iba a necesitar. Ella no le dio mucha trascendencia y creo que por eso en su momento no me preocupé. Pero hoy, se despertó mi Susanita, y recordé este episodio. Ya ni sé por qué salió el tema en mi cabeza, pero salió, y ahí está la cuestión. Hoy me planteé la posibilidad de no llegar a tener hijos el día que los quiera aunque sé realmente, por lo que dijo aquella vez la doctora y por los avances tecnológicos y de los otros, que eso no va a suceder. Pero lo que me extraña de este pensamiento es que haya surgido. ¿Estoy creciendo? ¿Todo el mundo se pregunta estas cosas a los veinte años? No creo que sea normal. No recuerdo que mis amigas me hayan hablado de esto alguna vez. Y eso que mis amigas son más grandes que yo en general.
Osea, antes de pensar en hijos, ¿no tendría que pensar en un novio?, ¿un posible marido?, ¿una carrera con un trabajo para sustentar todo esto?... No digo que no haya pensado en estas cosas, pero si pensé que esto, hijos, me lo plantearía luego de tener todo lo otro resuelto, o encaminado por lo menos.
De todas formas, que haya pensado en hijos, en ser madre algún día de mi vida, no quiere decir que vaya a suceder ahora, lo aclaro para despreocupar al mundo. Repito, que si pensé en la posibilidad de que no sucediese nunca, y eso me dió mucho terror. De echo, creo que si me preguntan ahora mismo, a qué le tengo más miedo en el mundo. Ya no sería a la soledad, como pensé en responder todos estos años, sino que saldría Susanita con esa voz tan particular que siempre me imaginé y diría, bien bajito, para que no lo escuchen mucho: -A no tener hijos nunca.
¿Por qué?
Decidí, por arte de Magia, o de Marcela mejor dicho, volver a hacerme un blog. Volver porque tenía uno ya, con una sola entrada, se llamaba "Eterno viaje circular", ¿Por qué ese nombre? Porque en aquel momento experimentaba un viaje circular que parecía eterno, una relación circular. Pero nada es eterno, o por lo menos, por suerte, esa relación no lo fue. Olvidémosla mejor. Lo que si fue circular fue volver a abrir un blog.
Ahora, ¿Por qué este nuevo nombre? ¿Por qué "Palabras mientras tanto"? ¿Por qué volver a crear un nuevo blog y no mantener el antiguo? ¿Por qué me empeño en escribir en blogs sin nunca mostrarle nada a nadie? ¿Por qué me cuestiono todo?
Son estas, las que ya aparecen y van a ir apareciendo, palabras mientras vivo una experiencia, ya no nueva, ya tiene casi tres meses, pero que merece tener un espacio para expresar lo que sucedió y sucede en ella. Son palabras mientras me encuentro acá, en España, como una inmigrante no tan inmigrante (gracias a que tengo hasta la "Tarjeta Jóven" española). Palabras mientras estoy lejos, de mi familia, de mis amigos, de mi casa, de mi perra, de mi. Palabras mientras me busco, me encuentro, me pierdo, me vuelvo a encontrar o sigo perdida. Mientras sigo mi corazón, o el pedazo de corazón que me traje, y que algunos "sonidos violinísticos" hacen latir. Palabras mientras sonrío, lloro, y vuelvo a llorar. Pero palabras que me acompañan en esta, repito, no tan nueva etapa.
ATENCIÓN: Me adelanto a los hechos y aviso, antes que las cosas sucedan y las malas lenguas se quejen; la melancolía existirá en estas palabras, porque es parte de este mientras tanto, como también existirán las lágrimas y las sonrisas.
Bienvenidos a todos y a ninguno... Mientras tanto.
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